Cuando asistieron a la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos en 2000, recordó, la sesión “Conozca a los emprendedores sociales” tuvo poca asistencia. Sus voces no se escuchaban.

“Pero fue hace 20 años que vimos en el emprendimiento social el futuro de cómo las organizaciones podrían evolucionar y sentimos la necesidad de llevar estos enfoques, y los emprendedores sociales, a la atención de los líderes mundiales”, comenta.

Crear la Fundación Schwab para el Emprendimiento Social fue una respuesta a la necesidad de un enfoque distinto y más innovador para aliviar los problemas asociados con la pobreza y los desafíos sociales y ambientales. Vieron una nueva generación de pioneros que canalizaron su pasión, recursos, creatividad y sentido de la injusticia y se dedicaron a encontrar formas de lograr un cambio real en sus contextos y en el mundo que los rodea.

“¡Cómo ha cambiado el mundo en 20 años! Hoy en día, los emprendedores sociales son percibidos como innovadores creativos, a menudo los primeros en ver la oportunidad de idear soluciones a los problemas del mundo”, señala.

Durante la 50.ª Reunión Anual en Davos-Klosters, se compartió el viaje de la Fundación Schwab y el trabajo que cambia la vida de los emprendedores sociales con la construcción de un nuevo modelo para la transformación económica, social y política.

El Informe de impacto de la Fundación Schwab destaca el trabajo diverso de la comunidad de emprendedores sociales, que trabaja en más de 190 países.

El informe se centra en cómo la innovación social ofrece un paradigma para modelos de trabajo alternativos, a medida que enfrenta los desafíos críticos actuales para el planeta, la sociedad y la economía. Estos modelos alternativos son efectivos: más de 622 millones de personas se han visto directamente afectadas por el trabajo de las organizaciones en la comunidad de la Fundación Schwab.