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ECOSISTEMAS Y BIODIVERSIDAD

Áreas protegidas y conservadas
México y la nueva meta de proteger el 30% del planeta al 2030
La adopción real de la meta 30×30 debe permitir contar con una red efectiva y conectada de áreas protegidas y conservadas en donde no sólo se incremente la superficie de conservación, sino la asertividad y calidad

Por Mariana Martínez del Río de la Torre, Mónica Álvarez Malvido y Andrew J. Rhodes Espinoza | Este País

Las áreas protegidas y conservadas son instrumentos efectivos que salvaguardan la biodiversidad y reducen los impactos del cambio climático.
Ahora se está negociando el Marco Mundial de Biodiversidad Post-2020 del Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU que incluye una propuesta conocida como “meta 30×30”.

Ésta pretende conservar al menos el 30% del planeta para 2030 a través de una red de áreas protegidas y sumando un nuevo instrumento llamado Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas (OMEC).

Expertos argumentan que se requeriría el 50% del planeta conservado para abordar la crisis climática y de biodiversidad, sin embargo, el 30% se ha acordado como una meta alcanzable para el 2030, pues es el porcentaje de cobertura mínima para que los beneficios superen los costos en una proporción de 5 a 1.

Las áreas protegidas y conservadas son instrumentos efectivos que salvaguardan la biodiversidad y reducen los impactos del cambio climático.

La propuesta

Para afrontar la doble crisis de pérdida de biodiversidad y cambio climático, México requiere ser más ambicioso en acciones transformadoras clave para lograrlo. La adopción real de la meta 30×30 debe permitir contar con una red efectiva y conectada de áreas protegidas y conservadas (ANP, ADVCs y potencialmente OMEC, entre otros instrumentos) en donde no sólo se incremente la superficie de conservación, sino la asertividad y calidad de la misma.

Además, la implementación del 30×30 debe realizarse con un enfoque de derechos humanos y con reconocimiento e incremento de beneficios para las comunidades indígenas y locales que protegen la naturaleza. Esto requiere elevar la importancia del tema a nivel nacional, así como de inversión pública y privada y de empoderamiento de las esferas subnacionales.

Para ser exitosos en la protección de al menos el 30% de la tierra y los mares y un manejo sustentable del porcentaje restante es imperante abordar las causas raíz de pérdida de biodiversidad, como lo es el sistema económico que no contabiliza el valor de la biodiversidad, así como los patrones de extracción, producción, comercio y consumo insostenibles.

Es indispensable incrementar el conocimiento, compartir la responsabilidad y visibilizar la dependencia y los impactos de los sectores productivos con la naturaleza para poder disminuir las altas presiones de pérdida de biodiversidad. Estos cambios se deben realizar a través de la inversión en esfuerzos e instrumentos de conservación en el país, así como aplicando prácticas sustentables en los negocios y sectores productivos.

La forma de recuperación de México y el mundo ante la crisis económica derivada de la pandemia por Covid-19, es clave para asegurar nuestra supervivencia como especie. Nuestro bienestar y la probabilidad de evitar futuras pandemias, es directamente proporcional al nivel de ambición, liderazgo y ejecución efectiva del nuevo Marco Mundial de Biodiversidad.

Lee aquí el texto íntegro.

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