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CARBONO NEUTRAL 2030

Huella de carbono
Medir, reducir y compensar es el camino de empresas para ser carbono neutro ¿Le entras?
El Acuerdo de París establece el compromiso de alcanzar la neutralidad del carbono para 2050, como respuesta mundial al cambio climático

En una carrera contra el tiempo y con el objetivo de establecer medidas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y alcanzar en 2050 la neutralidad del carbono, es decir, que las emisiones netas sean iguales o menores a las que se eliminan a través de la absorción natural del planeta, 196 países adoptaron en 2015 el Acuerdo de París.

A través de este tratado internacional que es jurídicamente vinculante se busca fortalecer la respuesta mundial al cambio climático, con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura mundial muy por debajo de los 2 grados centígrados, al tiempo que prosiguen los esfuerzos para limitarlo a 1.5 grados.

Sin embargo, para alcanzar ese objetivo y lograr para 2050 la neutralidad del carbono es necesario que participe todo el mundo, cada uno, desde su trinchera, reduciendo la huella de carbono.

¿Cómo pueden lograr las empresas llegar al carbono neutro?

Medir emisiones

Eroski Consumer destaca que el primer paso de las empresas es medir la huella de carbono que generan con su actividad.

“La medición precisa de la huella de carbono “es la labor más ardua” en el camino de una empresa hacia las cero emisiones netas, explica Alejandra Gimeno, que lidera la iniciativa ‘CeroCO2’ de Ecodes (Fundación Ecología y Desarrollo)”.

Hasta ahora, uno de los estándares más utilizados era el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHG Protocol), que divide esta huella en tres “alcances” (scopes, en inglés). La última versión de la norma ISO UNE-EN ISO 14064 ya no habla de alcances, sino de emisiones directas e indirectas:

  • Emisiones directas
    Son las emisiones de fuentes propiedad de la empresa.
    Por ejemplo, las procedentes de las calderas de gas natural de las tiendas de una empresa de distribución o de su propia flota de vehículos.
  • Emisiones indirectas
    Son las emisiones generadas por la electricidad que consume la empresa.
    Por ejemplo, para iluminar sus tiendas u oficinas.

En las emisiones indirectas también se incluyen todas las generadas en la cadena valor de la empresa, por ejemplo, una empresa podría tener en cuenta el modo de transporte que usan sus empleados para llegar a trabajar, cuánto se ha emitido en la producción de los bienes que vende y qué residuos se generan al final del ciclo de vida de esos productos.

Reducir

Una vez identificadas las fuentes de emisión más relevantes, la empresa puede actuar para minimizarlas al máximo.

Por ejemplo, abastecerse de electricidad con fuentes renovables, implantar medidas de ahorro energético (como iluminación led o mejorar el aislamiento de los edificios), renovar su flota con vehículos menos contaminantes, aplicar una gestión circular de residuos para reducirlos al máximo, minimizar el uso de recursos, como el papel o el agua, facilitar la movilidad sostenible a sus empleados o impulsar el teletrabajo.

Compensar

En este último paso, la empresa puede invertir en proyectos que absorban o minimicen las emisiones de GEI para compensar por las toneladas de CO2 que no ha podido reducir.

Por ejemplo, restaurando bosques o desarrollando energías renovables.

Así, restando lo compensado a lo emitido, puede lograr que su balance sea cero, neutro para el clima.

Fuente: Eroski Consumer

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